En los estudios sobre burnout es habitual enfocarse en aquellas profesiones con mayor prevalencia. No obstante, aun siendo cierto que hay trabajos con un mayor riesgo de burnout, no es menos cierto que el burnout puede aparecer en casi todas las profesiones.
Esto es debido a una serie de características del trabajador que, en combinación con la naturaleza de su trabajo y la interacción con la organización para la cual trabaja, acaban produciéndole un desgaste y un malestar sostenido. Es por esto por lo que no solo revisaremos aquellas profesiones de riesgo sino aquellas características que hacen que los trabajadores sean susceptibles de quemarse.
¿Por qué existen profesiones con mayor riesgo de provocar burnout?
Debido a las demandas o las características intrínsecas de esos trabajos. Son profesiones cuyo desempeño o bien está basado en una relación personal y emocional con otras personas (clientes, pacientes, compañeros) o bien tienen un bajo control de la situación por parte del trabajador (que se limita a acatar órdenes jerárquicas o que no puede organizar su propia dinámica de trabajo).
¿Cuáles son estas profesiones?
La palabra burnout surgió en 1969 aplicada a los policías que trataban directamente con delincuentes en libertad condicional. Posteriormente, la investigación del fenómeno se ha centrado en entornos médicos/sanitarios, educativos y en la administración pública. Es en estos ámbitos donde se produce una mayor prevalencia del burnout ya que en este tipo de profesiones se da el cocktail perfecto: una fuerte demanda emocional con una baja capacidad de control. Se trata de profesiones altamente jerarquizadas, burocráticas y que exigen una alta implicación y entrega por parte del profesional. Algunas de las más comunes son:
- Personal del ámbito de la salud: Médicos, enfermeros, pediatras, psicólogos, etc.
- Profesores y educadores.
- Trabajadores sociales.
- Personal de la administración que trabaja en entornos altamente burocráticos.
- Trabajadores carcelarios.
- Fuerzas del orden (ejército, policía).
Sin embargo, el burnout puede producirse por otros factores: una excesiva carga laboral y de responsabilidad, una elevada auto-exigencia y una situación precaria. Por tanto, no es insólito encontrase trabajadores quemados entre:
- Directivos y profesionales con altos niveles de estrés y exigencia.
- Deportistas de alto rendimiento.
- Trabajadores precarios (con bajos salarios o con mucha inestabilidad laboral).
- Trabajadores en situación de re-estructucturación empresarial.
Es importante señalar que CUALQUIER trabajo es susceptible de generar burnout dado que las circunstancias que lo motivan pueden ser muy particulares y darse en cualquier tipo de empresa y organización.
¿Qué profesionales tienen más riesgo?
Independientemente de su profesión, algunos trabajadores, por sus características personales son más vulnerables a sufrir burnout. Es común que afecte a aquel que:
- Tenga unos ideales más altos y que entienda su trabajo como una forma de servicio y de ayuda a los demás.
- Se implique en las tareas y las asuma como un reto personal.
- Sea perfeccionistas y tengan un alto grado de auto-exigencia. Es muy común el burnout entre trabajadores con alto rendimiento.
- Vea limitado sus capacidades o su creatividad (por ejemplo que no se tenga en cuenta sus ideas o sugerencias).
- Tenga que acatar órdenes injustas, indiscriminadas o ilegales.
- Haya comenzado a trabajar derrochando energía y ganas, aceptando u ofreciéndose voluntarios para todo tipo de proyectos y tareas.
Cualquiera de estas características se puede dar en cualquier tipo de profesión y es por esto por lo que el burnout no se limita solo a profesionales “de servicios sociales” sino que abarca un espectro más amplio.