Suena casi a obviedad decir que el estrés es uno de los mayores problemas que existen en las sociedades occidentales. Pero algunos datos nos permiten tomar conciencia de la magnitud del problema.
A principios de los años 80 en Estados Unidos, las empresas identificaban al alcohol como el causante principal de las bajas laborales y la falta de productividad. Durante esa década, los problemas musculo-esqueletales eran el principal motivo por la cual los trabajadores cogían la baja laboral en Europa. Poco a poco, el estrés fue entrando en el radar de los problemas laborales hasta el punto de que hoy en día es la causa principal de absentismo laboral en los trabajadores llamados de “cuello blanco”, en el personal de la administración, de la enseñanza, de la sanidad, etc (obviamente en algunos sectores como en la construcción, atención al público, restauración y otros, los problemas musculo esqueletales siguen siendo la primera causa de baja laboral).
Obviamente, este aumento del estrés tiene que ver con los cambios operados en los entornos de trabajo durante las últimas décadas. Tareas que antes requerían un esfuerzo físico están siendo sustituidas progresivamente por otras tareas que requieren un esfuerzo mental. Por otro lado, el ritmo de trabajo y la presión por los resultados ha aumentado en los últimos años.
El estrés laboral no solo se relaciona con el absentismo –justificado o injustificado, sino también con el llamado “presentismo”, es decir, trabajadores que aún estando físicamente en su puesto de trabajo no son productivos. Como anécdota mencionaremos que se estima que los costes de productividad del “presentimos” son casi el doble que los del “absentismo”.
En España, aproximadamente la mitad de los trabajadores dicen sentir algún tipo de estrés laboral y dos de cada tres piensa que tiene más estrés que hace cinco años. Una de cada cuatro bajas se debe al estrés. Obviamente la situación ha empeorado con la crisis debido a la presión extra que sienten los trabajadores por miedo a perder su empleo o porque tienen más trabajo debido a los recortes de personal.
Las empresas son conscientes de este problema pero pocas hacen esfuerzos para tratar de mejorar la situación. A nivel nacional, apenas 1 de cada 4 empresas establece algún tipo de medida concreta para prevenir el estrés entre sus trabajadores.
Por la idiosincrasia de la sociedad española y los horarios laborales, el problema se acentúa en nuestro país. La llamada “conciliación laboral” es un problema especialmente dañino en España donde se valora el “presentismo” y donde hay pocas empresas que faciliten algún tipo de flexibilidad laboral. Algunos expertos internacionales como el profesor Cary Cooper -experto de reconocido prestigio en salud ocupacional- apuntan directamente al hábito continuado de trabajar un número de horas por encima del horario laboral semanal como una de las causas fundamentales para el desarrollo del estrés laboral.
No parece que en un futuro próximo la situación vaya a mejorar sustancialmente. Los propios trabajadores son pesimistas y más de un 80% piensa que en el futuro sufrirá mayor estrés que el que tiene a día de hoy. Pero confiemos en que las propias empresas y los trabajadores se conciencien y pongan medidas para evitar este problema. Algunas señales son positivas; cada vez hay más empresas que permiten una cierta flexibilidad de horarios. Por otra parte, los profesionales “freelance” que trabajan desde casa reportan niveles de estrés significativamente más bajos que aquellos que desempeñan esas mismas funciones para terceros.